La ovejita vino a cenar a la Devesa... y se quedó

La ovejita que vino a cenar fue el cuento que elegimos para trabajar en el día la paz. Nos dimos cuenta de que si la ovejita había conseguido que el lobo no se la comiera (con las ganas que tenía), nosotros también podemos evitar una discusión.
Y es que podemos manejar a compañeros, padres, madres, amigos y profes  dándoles mucho mucho cariño en vez de un bocinazo. Si les tratamos con repesto, amorcillo y tranquilidad, no nos reñirán y chillarán, porque...



¡¡¡Cómo vamos a discutir, con lo que nos queremos!!!


¡¡¡Cómo me voy a comer a una ovejita que me necesita!!!


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